VATICANO,
Al presidir el Angelus de este 1 de Noviembre, Solemnidad de Todos los Santos, el Papa Benedicto XVI recordó que la santidad es el fin último de la vida cristiana.
"La solemnidad de Todos los Santos que hoy celebramos nos invita a levantar la mirada al Cielo y a meditar sobre la plenitud de la vida divina que nos espera", dijo el Papa, al recordar que "la santidad, imprimir a Cristo en nosotros mismos, es la finalidad de la vida cristiana".
Luego de mencionar la piadosa celebración de los Fieles Difuntos el 2 de noviembre, el Pontífice recordó que "la separación de los afectos terrenos es ciertamente dolorosa, pero no debemos temerla, porque ella, acompañada de la oración de sufragio de la Iglesia, no puede romper el vínculo profundo que nos une a Cristo".
"Queridos amigos, a eternidad no es un continuo sucederse de días del calendario, sino como el momento lleno de plenitud, en el cual la totalidad nos abraza y nosotros abrazamos la totalidad del ser, de la verdad, del amor".
El Pontífice finalmente encomendó a la Virgen María, "guía segura hacia la santidad," "nuestra peregrinación hacia la patria celestial, mientras invocamos su materna intercesión por el descanso eterno de todos nuestros hermanos y hermanas que se han dormido con la esperanza de la resurrección".
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