BRASILIA,
La candidata a la presidencia de Brasil del Partido de los Trabajadores (PT), Dilma Rousseff, señaló ayer que las "3 millones 500 mil mujeres o las 5 millones 300 mil" que según ella abortan anualmente en el país no deberían ir a la cárcel, dejando la puerta abierta a la despenalización del aborto al que, reiteró, "se opone personalmente".
Según informan diversos medios de prensa brasileños como el diario Folha de Sao Paulo, Dilma Rousseff, candidata del partido del presidente Lula da Silva, indicó que "me cansé de repetir mi posición en este tema del aborto. Personalmente estoy en contra del aborto, pero sé que cada dos días muere una mujer en esas circunstancias. No creo que nadie en su conciencia considere que se aprese a esas mujeres".
Ante esta afirmación, el P. Berardo Graz, coordinador de la Comisión en Defensa de la Vida de la Regional Sur 1 del Episcopado brasileño, explica que estas cifras no corresponden ni siquiera con las del gobierno y que "en realidad las madres que mueren a causa de un aborto clandestino o aborto provocado no llegan a 100 o son incluso menos".
"De todas las causas de mortalidad de mujeres, el aborto es la última", precisa.
Las declaraciones de la candidata se dan a poco de la segunda vuelta electoral que se realizará este domingo 31 de octubre y después del discurso del Papa Benedicto XVI a los obispos de la Regional Nordeste V a quienes señaló que si las circunstancias lo exigen tienen el deber de emitir un juicio moral incluso en temas políticos y a quienes también les recordó que sería falsa cualquier defensa de los derechos humanos que no incluyese la defensa del primero de todos esos derechos, el derecho a la vida.
Al ser preguntada sobre el discurso del Papa, Rousseff comentó que no veía relación alguna con su campaña, en la que en diversas ocasiones dijo que el tema del aborto sería tratado en su gobierno como un tema de salud pública.