VATICANO,
En la Misa de clausura de la Asamblea Especial del Sínodo de los Obispos para Medio Oriente celebrada esta mañana en la Basílica de San Pedro, el Papa Benedicto XVI destacó la necesidad de que los católicos orientales –y con ellos los de todo el mundo– vivan de manera intensa la comunión, la oración y la misión, para ser constructores de paz y apóstoles de reconciliación en medio de la difícil situación que se vive en esas tierras.
En la homilía de la Eucaristía concelebrada por 177 Padres Sinodales, entre los cuales se encontraban 19 cardenales, 9 patriarcas, 72 arzobispos, 67 obispos y 10 sacerdotes, el Santo Padre indicó que "la primera lectura y el salmo responsorial insisten en el tema de la oración, subrayando que ésta es más potente en el corazón de Dios cuanto mayor es la condición de necesidad y aflicción de quien la reza. ‘La oración del humilde atraviesa las nubes’ afirma el Eclesiástico; y el salmista agrega: ‘Yahvé está cerca de los desanimados, él salva a los espíritus hundidos’".
Según informa Radio Vaticana, el Papa resaltó que ante la delicada situación de los católicos de Medio Oriente, "la Palabra de Dios hoy nos ofrece también una luz de esperanza consoladora, allí donde presenta la oración, personificada, que ‘no desiste hasta que el Altísimo le atiende, juzga a los justos y les hace justicia’. También este vínculo entre oración y justicia nos hace pensar en tantas situaciones en el mundo, en particular en Oriente Medio. El grito del pobre y del oprimido encuentra inmediato eco en Dios, que quiere intervenir para abrir una vía de salida, para restituir un futuro de liberad, un horizonte de esperanza".
Seguidamente Benedicto XVI recordó el testimonio de San Pablo quien desde su conversión anunció el mensaje de Cristo, llegando a la meta y "conservando la fe". Estas palabras, explicó el Papa, resuenan con "¡especial fuerza en este domingo en que celebramos la Jornada Misionera Mundial! Comunión con Jesús crucificado y resucitado, testimonio de su amor".
El Santo Padre se refirió luego a la unidad de los católicos orientales, experimentada de manera especial en esta Asamblea sinodal, la comunión vivida "en la fe, en la esperanza y en la caridad". Expresión de esta unidad también ha sido la posibilidad de celebrar la liturgia en los distintos ritos orientales: "deseamos que esta experiencia positiva se repita también en las respectivas comunidades de Oriente Medio, favoreciendo la participación de los fieles en las celebraciones litúrgicas de los demás ritos católicos y, por lo tanto, la apertura a la dimensión de la Iglesia universal", dijo el Papa.
Tras alentar a los Padres Sinodales a intensificar las relaciones ecuménicas que servirá también a la comunión interior entre las Iglesia Orientales Católicas, Benedicto XVI señaló que "a los cristianos en Oriente Medio se les pueden aplicar las palabras del Señor Jesús: ‘No temas, pequeño rebaño, porque a vuestro Padre le ha parecido bien daros a vosotros el Reino’. En efecto, aunque poco numerosos, ellos son portadores de la Buena Nueva del amor de Dios por el hombre, amor que se reveló precisamente en Tierra Santa en la persona de Jesucristo".