VATICANO,
El Arzobispo Dominique Mamberti, Secretario para las Relaciones con los Estados, recordó la tarea fundamental que tiene la ONU de trabajar por el bien común en todo el mundo y señaló que este organismo "ha pasado a ser un elemento irremplazable en la vida de los pueblos y en la búsqueda de un porvenir mejor para todos los habitantes de la tierra. Por eso, ha sido objeto de gran atención por parte de la Santa Sede y de la Iglesia Católica, como lo han demostrado las visitas de los Papas Pablo VI, Juan Pablo II y Benedicto XVI".
En su intervención el 29 de septiembre en la 65° Sesión Ordinaria de la ONU en Nueva York, el Prelado pasó revista a una serie de eventos "importantes para la paz y la seguridad mundial" como la entrada en vigor del Tratado sobre la prohibición de municiones de racimo, la conclusión positiva de la octava Conferencia de Examen del Tratado de no Proliferación de armas nucleares, y la reunión del Comité de preparación de la Conferencia sobre el comercio de armas, que "establecerá las normas jurídicas lo más estrictas posibles sobre la transferencia de armas convencionales".
También recordó la firma del tratado New Start entre Estados Unidos y la Federación de Rusia, sobre la reducción ulterior y la limitación de las armas estratégicas ofensivas.
El Prelado alabó luego las misiones de las fuerzas de paz de la ONU, y señaló que la Comisión de consolidación de la Paz sigue siendo "fundamental para la recomposición del tejido social, jurídico y económico, destruido por la guerra y para evitar la repetición de los conflictos".
Entre los graves acontecimientos de los últimos meses citó las inundaciones en Pakistán, cuyas consecuencias "se han visto agravadas por los conflictos que afligen esa región", y pidió "un esfuerzo de comprensión y de profundización recíproco sobre las causas de las hostilidades".
Mons. Mamberti hizo hincapié en que el diálogo, "junto con la generosidad de saber renunciar a intereses circunstanciales a corto plazo, es el camino a seguir para una solución duradera del conflicto entre el estado de Israel y Palestina". Ese mismo diálogo y la comprensión entre las diferentes partes implicadas es también la única vía para la resolución de las controversias en la península de Corea y en el Golfo Pérsico, para la reconciliación en Irak y en Myanmar, "las dificultades étnicas y culturales en Asia Central, en el Cáucaso y para calmar las tensiones recurrentes en África".