SAO PAULO,
La candidata presidencial del Partido de los Trabajadores (PT), Dilma Rousseff, se reunió el miércoles con diversos líderes cristianos a quienes les dijo que "está en contra del aborto". Sin embargo, ayer jueves señaló que no ha cambiado su posición sobre esta práctica anti-vida y la consideró un tema "de salud pública".
Según informa el diario español El País, "a 36 horas de las elecciones presidenciales brasileñas, la despenalización del aborto ha puesto en aprietos a Dilma Rousseff, la candidata propuesta por el presidente Lula da Silva. Su cambio de opinión en este tema, del que era una firme defensora, y los casos de corrupción que ha tenido que afrontar recientemente, amenazan con impedir una aplastante victoria en la primera vuelta".
El mencionado diario recuerda que en 2009, Rousseff expresó en la revista Marie Claire su apoyo al aborto. En aquella entrevista la candidata dijo: "abortar no es fácil para ninguna mujer. Dudo que alguien se sienta cómoda haciendo un aborto. Sin embargo, esa no puede ser razón para que no sea legal".
El País recuerda señala luego que "los últimos escándalos de corrupción han hecho perder a Rousseff seis millones de votos en menos de una semana" y la han hecho descender al 47 por ciento de las preferencias electorales lo que impediría que gane en primera vuelta".
"Preocupado con esa posibilidad, algo que llevaría a Rousseff a exponerse a un mes más de campaña, Lula Da Silva ha decidido ayudarle a recuperar votos con una jugada típica de campaña electoral. Lula pidió a Rousseff que se reuniera con los líderes de todas las confesiones religiosas y que declarara abiertamente que ‘está en contra del aborto’", señala el diario español sobre la reunión sostenida el día miércoles.
Por esta razón, señala la prensa brasileña, Lula intentó convencer a los electores en la localidad de Aracaju en el último mitin de la campaña electoral realizado ayer jueves, donde señaló sobre la posición de Dilma respecto al aborto: "puedo garantizar que está en contra".