VATICANO,
La Santa Sede pide a la comunidad internacional mayores esfuerzos para lograr un progresivo desarme nuclear en el mundo. Haciéndose eco de las palabras del Papa Benedicto XVI en su mensaje para la Jornada Mundial de la Paz 2010, se espera "un mundo sin armas nucleares, cuya sola presencia amenaza la vida del planeta y el proceso de desarrollo integral de la humanidad presente y futura".
Así lo expresó Mons. Ettore Balestrero, subsecretario para la Relaciones con los Estados, en su intervención durante la quincuagésima Conferencia General del Organismo Internacional de la Energía Atómica (OIEA), el pasado 21 de septiembre, en Viena.
"En el espíritu de Benedicto XVI –señaló el Prelado según informa Radio Vaticano– la Santa Sede está convencida de que la OIEA puede mirar con satisfacción lo que ha logrado desde su fundación, en base a los tres pilares de su mandato; tecnología, seguridad y verificación. Aún cuando todavía se deben afrontar numerosos desafíos"
En cuanto al Tratado de no proliferación nuclear, la Santa Sede exhorta a no dejar que se debilite este instrumento, básico para la consecución del desarme nuclear en el mundo.
Sobre la entrada en vigor del Tratado de prohibición global de experimentos nucleares, la Santa Sede considera que éste es igualmente prioritario, así como la ratificación, por parte de todos los Estados, en particular los que poseen armas nucleares, de los Protocolos y Tratados sobre las zonas libres de armas nucleares. En este contexto, el Vaticano reafirma su fuerte apoyo a los esfuerzos por establecer una de estas zonas en Oriente Medio.
Monseñor Balestrero también dedicó una buena parte de su intervención a la cooperación internacional en el uso de la energía nuclear con fines pacíficos y para la promoción del desarrollo social y económico de las naciones.