BARCELONA,
A seis semanas de la anunciada visita del Papa Benedicto XVI a Barcelona, el Arzobispo local, Cardenal Lluís Martínez Sistach, alentó a los catalanes a acogerlo como en casa y destacó que se trata de un pastor dedicado a defender al hombre.
En una exhortación apostólica, el Cardenal Martínez explicó que "el Santo Padre dejará el Vaticano para venir a visitarnos. Nosotros hemos de acogerlo saliendo de nuestras casas, dejando nuestros pueblos y nuestras ciudades de Cataluña y participando personalmente en la dedicación del templo de la Sagrada Familia y saludándolo por las calles y plazas por las que pasará desde su llegada hasta que deje Barcelona" los próximo 6 y 7 de noviembre.
"Dentro del templo – y fuera de él, en lugares para sentarse y seguir la ceremonia a través de pantallas- podremos formar la gran asamblea litúrgica el domingo 7 de noviembre por la mañana, presidida por el sucesor de Pedro que realizará –como soñaba y proyectaba Antoni Gaudí- que este templo haga presente de alguna manera la Jerusalén celestial. Esta celebración será, sin duda, un acontecimiento histórico y nuestra participación hará que sea todavía más histórico", indicó.
El Arzobispo recordó que Benedicto XVI es un auténtico defensor del hombre. "El Papa de la más genuina tradición eclesial, y el de nuestros días, es el promotor y defensor de la persona humana en medio de un mundo inhumano, porque es un mundo sin Dios. La preocupación del sucesor de Pedro por defender a la persona tiene sus raíces en el principio mismo de la creación y de la redención, y de esta manera la persona permanece enraizada en aquello que en definitiva la hace digna: la comunión con Dios".
Afirmó que "la visita del Papa es, sin duda, un fruto de su iniciativa. Es verdad que hay la invitación previa, pero, en definitiva, el Papa visita una Iglesia porque quiere. De esta manera, la visita se convierte en un examen sobre la calidad de nuestra vida cristiana, en una experiencia de renovación pascual de nuestros mejores propósitos y deseos".
"Hemos de acoger esta visita apostólica como una oportunidad magnífica de la gracia de Dios, que quizá no volverá a vivir nuestra Iglesia durante muchos años; la anterior visita apostólica la realizó Juan Pablo II hace ahora 28 años. Acojamos al Santo Padre Benedicto XVI como el que viene en el nombre del Señor, lo acogemos en su casa, porque el Papa tiene unas funciones episcopales muy importantes en cada una de las Iglesias diocesanas del mundo", agregó.