MADRID,
Al término de su primera Misa en tierras británicas, el Papa Benedicto XVI se acercó directamente al niño Anton McManus, quien libra una dura batalla contra el cáncer a sus 9 años de edad, le impuso las manos sobre la cabeza y rezó por él.
Según informa el diario La Razón, Anton le escribió una carta al Papa hace diez días pidiéndole una bendición "cuando venga a Glasgow para ayudarme a mantener lejos mi cáncer. Rezaré para ver si hay respuesta".
Después de confortar al niño, el Papa le dio la mano a su padre, Kevin, de 35 años, y a su madre, Tammi, de 34, y bendijo también a la otra hija del matrimonio, Rebecca, de 11 años.
"Yo rompí a llorar", explicó Tammi a La Razón. "El Papa nos pilló por sorpresa. Ha sido uno de los días más importantes de nuestra vida, un momento que nuestra familia no olvidará nunca", afirmó. Desde hace cinco años los McManus enfrentan el cáncer de su hijo como una prueba de fe. El niño ha sido sometido a 25 tratamientos de radioterapia y dos cirugías mayores.
"Nuestra fe nos ha sostenido como familia a través de todo esto", explicó Tammi.
La polaca Mazena Tyszczak también recibió un gesto de afecto del Papa. Benedicto XVI tomó a su hija Maria, de 11 meses, y la besó desde el papamóvil al llegar a Bellahouston Park. "Es el día más grande de mi vida", afirmó Mazena.