El Semanario, publicación de la Arquidiócesis de Guadalajara, advirtió en su última edición que “superar la laicidad como anticlericalismo y llegar a la valoración de la libertad de conciencia y de la religión, son todavía metas lejanas, que demorarán décadas en cumplirse” en México.
Ante los reiterados intentos por parte de autoridades y grupos políticos de silenciar a los ministros de culto, un artículo firmado por el P. Maurilio Martínez Tamayo reflexiona sobre la distorsionada visión de la laicidad que impera en el país.
En la nota titulada “¿Por qué tanta confusión? La incomprensible laicidad mexicana”, el autor recuerda que México siempre ha sido un país religioso a pesar de los intentos por silenciar la fe.
El sacerdote explica que ni “la separación entre Iglesia y Estado, promovida por las Leyes de Reforma, de Benito Juárez García” que despojó a la Iglesia “de sus bienes materiales y la pusieron en una situación de sujeción”, ni “la guerra civil, ocasionada por la drástica aplicación de las leyes anticlericales”, logró cambiar la profunda fe de los mexicanos.
“El laicismo actual que muchos proclaman y exigen, ¿es la superación del divorcio espiritual en que hemos vivido, o la revitalización de aquel anticlericalismo trasnochado, que ya el resto del mundo superó desde hace tiempo?”, cuestiona el sacerdote.
El autor recuerda que “el Presidente José López Portillo Pacheco explicó al Papa Juan Pablo II que México era un país ‘surrealista’, pues siendo religioso tenía Gobiernos no religiosos y, añadiríamos nosotros, era regido por leyes antirreligiosas”.