El Presidente de la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM), Mons. Carlos Aguiar Retes, pidió que Dios ilumine a las autoridades del país y que el Bicentenario de la independencia sea una oportunidad para construir un México reconciliado y desarrollado.
Durante la Misa concelebrada en la Basílica de Guadalupe por más de 60 obispos de todo el país, el Prelado afirmó que “a 200 años de la Independencia y 100 de la Revolución es conveniente advertir la situación actual, percibir las nuevas necesidades y potencialidades de nuestro pueblo, percatarnos de los nuevos contextos culturales y ubicarnos adecuadamente para lograr una vida digna para todos los mexicanos”.
Indicó que se necesita un país donde los habitantes puedan crecer en un ambiente de solidaridad y justicia, erradicando la pobreza y protegiendo la dignidad de la vida humana, donde exista una educación integral y se respete el derecho de los padres a formar a sus hijos.
Mons. Aguiar recordó a las autoridades que su primer deber es ser servidores del pueblo, propiciando “la participación franca y abierta para la solidaridad y ayuda ante las adversidades y la cooperación para lograr eficacia y eficiencia en los servicios. Una experiencia de esta índole genera en el pueblo entusiasmo, participación, responsabilidad, confianza y esperanza”.
En ese sentido, indicó que el país y sus autoridades necesitan recibir la sabiduría que procede de Dios y así dejarse guiar “por los grandes y hermosos valores de la justicia y el Derecho para alcanzar la Paz y Serenidad”.
Durante la Eucaristía, que fue concelebrada por el Arzobispo de México, Cardenal Norberto Rivera Carrera, fue presentada la Carta Pastoral “Conmemorar nuestra historia desde la fe, para comprometernos hoy con nuestra Patria”.