CARACAS,
El Subsecretario de la Conferencia Episcopal Venezolana (CEV), P. José Gregorio Salazar, afirmó que con su presentación ante la Asamblea Nacional, el Arzobispo de Caracas, Cardenal Jorge Urosa, dio una lección de civismo, pues pensaron que acudiría con un lenguaje agresivo y soberbio, pero habló con absoluto respeto.
"Con Monseñor Urosa le hemos dado una gran lección a la Asamblea Nacional. Ellos pensaron que acudiría con un lenguaje soberbio y agresivo. Creían que sería insultado, pero nada de eso ocurrió. Estábamos preparados para hablar ante el país o para hacerlo en privado, como sucedió", declaró el sacerdote al Diario Católico de Venezuela.
Indicó que ante los asambleístas, el Cardenal "recordó que como venezolano tiene derecho a opinar y dejó claro, como lo hizo en su tiempo San Agustín, que con nosotros es venezolano pero como pastor de la Iglesia es Cardenal. No podemos olvidar que su investidura corresponde a la dignidad de un Príncipe. Y como tal dio muestras de diálogo, profundo civismo y absoluto respeto".
"Reiteró su posición con sólidos argumentos y dejó claro que no teme al hombre sino a Dios, a quien debe su labor por completo. Cuando se meten con un Cardenal, se meten con la Iglesia. Lo más bonito de su mensaje fue que una vez más dejó claro que nos tratamos igual, sean chavistas u opositores, porque a fin de cuentas todos somos venezolanos", añadió.
Por otro lado, el P. Salazar se refirió al acuerdo firmado entre el Vaticano y el Estado Venezolano. Indicó que si el Presidente Hugo Chávez quiere eliminar el financiamiento a las obras de la Iglesia, le hará un bien a esta, pues "ocurriría lo que recién pasó en España, donde son los ciudadanos quienes deciden llenando una planilla cuánto desean aportar voluntariamente y los ingresos de la Iglesia aumentaron desde entonces".
"Tendría Venezuela una Iglesia como la de Alemania, totalmente autónoma y consolidada porque se despertaría en los fieles una mayor conciencia ciudadana. Más del 90% del país se confiesa católico; pues bien, mantengamos a la Iglesia. Estoy completamente seguro que saldríamos sustancialmente beneficiados", afirmó, al recordar que "fue el Estado el que asumió el compromiso de subsidiar obras, no fue un pedido de la Iglesia".