VATICANO,
El nuevo presidente de la Pontificia Academia para la Vida, Mons. Ignacio Carrasco de Paula, explicó que este dicasterio está preparando un documento sobre la crisis que genera el aborto en las mujeres a partir del estudio del "hábito de abortar" que ha hecho que algunas pierdan la sensibilidad moral ante esta práctica anti-vida y que podría expandirse tras la decisión de comercializar la píldora abortiva RU-486. Se espera este texto para el próximo año.
En entrevista concedida a L’Osservatore Romano, Mons. Carrasco, que sucedió el pasado 30 de junio al Arzobispo Rino Fisichella, da a conocer algunos aspectos del trabajo de la Pontificia Academia para la Vida en relación a este tema.
"Consideramos que en el estudio de esta materia se debe hacer una distinción. Hay de hecho un aspecto del síndrome post aborto muy conocido y en torno al cual se ha ya desarrollado un amplio debate con la respectiva literatura. Me refiero al estado de depresión que asola a muchas mujeres que han practicado el aborto", señala.
"A veces se puede manifestar con estados de ansiedad o con formas más graves. Estamos tratando de profundizar los contornos. Es cierto que el aborto, además de matar a un inocente, incide profundamente en la conciencia de la mujer que recurre a él. Es una cuestión que, entonces, no se puede ignorar, sobre todo desde el punto de vista pastoral".
Hay además, prosigue, otro aspecto que "debe considerarse en estas patologías que para nosotros también es más peligroso. Se habla poco de él y por lo mismo preocupa menos a la opinión pública, incluso a la científica. Es el grave fenómeno del hábito del aborto".
El problema, recuerda Mons. Carrasco de Paula, "se propone en toda su gravedad ya hace unos 20 años, cuando luego del grave terremoto de Armenia (el del 1998) un equipo de médicos del Policlínico Gemelli, de la Universidad Católica del Sacro Cuore, parte para socorrer a las poblaciones afectadas, y vio muchísimas mujeres que habían abortado más de veinte veces. Y para ellas abortar se ha convertido en algo como tomar un café. Hablaban así de un fenómeno dramático de completa cancelación de la sensibilidad moral ante el asunto de abortar".