AREQUIPA,
El Prefecto Emérito de la Congregación para los Obispos, Cardenal Giovanni Battista Re, alentó a un grupo de religiosas con quienes se reunió hoy, a amar a Cristo y a la Iglesia para que vivan una vida rica en significado y sean "luz y esperanza para todas las personas que encuentren en su camino".
En el seminario San Jerónimo en la Arquidiócesis sureña de Arequipa a la que ha sido enviado por el Papa para las celebraciones por su 400° aniversario, el Purpurado se dirigió a un grupo de más de 100 religiosas representantes de las 46 congregaciones femeninas que sirven en esta zona.
A ellas el Cardenal les dijo: "queridas hermanas, las saludo con gran afecto y con cordial cercanía hacia cada una de ustedes, les agradezco por el bien que hacen a la Arquidiócesis de Arequipa. Bendigo al Señor que les da la gracia de sembrar el bien con alegría y sencillez, porque ustedes tienen que dar este testimonio de alegría y al mismo tiempo sencillez", señaló en la primera parte de esta reunión.
Seguidamente las alentó a "vivir en plenitud su consagración a Dios de manera que vivan una vida rica en significado luz y esperanza para todas las personas que encuentren en su camino. Su trabajo cotidiano debe estar siempre iluminado por el Amor a Cristo, la Iglesia y esta Arquidiócesis que celebra 400 años".
En un encuentro previo con los seminaristas, el Cardenal señaló que la oración es fundamental y explicó que "es importante utilizar bien los años del seminario para crecer en la formación espiritual, intelectual y humana", señaló. Refiriéndose al estudio, invitó a los seminaristas a cultivarlo, porque no sólo "nos puede dar una gran alegría, sino también satisfacción".
El Cardenal también habló de su estrecho vínculo con el recordado Juan Pablo II y destacó, al ser preguntado por uno de los seminaristas, que la devoción a María no es opcional, sino muy importante en la vida sacerdotal, porque la primera preocupación de nuestro Señor en el Calvario, fue confiarnos a ella en la persona de San Juan.