El Director del Comité de actividades Pro-Vida del Episcopado de Estados Unidos, Cardenal Daniel DiNardo, rechazó enérgicamente el plan anunciado por la Food and Drugs Administration (FDA) para aprobar una nueva píldora abortiva.
En una carta enviada por el Purpurado a la Dra. Margaret Hamburg, Comisionada de la FDA, se señala que los obispos están "seriamente preocupados" por la posible aprobación de este fármaco que puede generar un aborto en los cinco días siguientes de una relación sexual y que podría ser utilizado como un "anticonceptivo de emergencia".
El también Obispo de Galveston-Huston criticó que un comité de la FDA pretenda tratar este tema "sin abrir el debate de manera pública y sin considerar todos los efectos del fármaco para proteger a las mujeres y sus niños no nacidos".
El Purpurado indica que el fármaco Ulipristal tiene efectos similares a otro fármaco abortivo, la píldora RU-486: "millones de mujeres estadounidenses, incluso las que quieren usar anticonceptivos para no quedar embarazadas en diversas circunstancias, personalmente nunca escogerían someterse a un aborto. Se les haría un daño con una campaña nociva que presente el Ulipristal simplemente como un ‘anticonceptivo’".
De hecho, prosigue, "la aprobación de la FDA con ese propósito convertiría este fármaco en un abortivo, incluyendo su uso por hombres inescrupulosos que quieren causarle un aborto temprano a una mujer sin su consentimiento o conocimiento. Tales abusos ya sucedieron con la RU-486, pese a las advertencias y su limitada distribución".
Finalmente el Cardenal advirtió que "los planes para aprobar fármacos abortivos como ‘anticonceptivos’ para las mujeres estadounidenses no son consecuentes con la política establecida por la Administración (Obama) sobre estos asuntos".