ROMA,
En un artículo publicado en L’Osservatore Romano, titulado "Cuando Ratzinger escribía sobre fútbol", se recuerda, en el marco del Mundial Sudáfrica 2010, la reflexión del entonces Cardenal y ahora Papa Benedicto XVI quien en 1985 publicó un texto que aparece en el libro Suchen was droben ist (Buscar lo de arriba).
En el texto titulado "El juego y la vida: sobre el campeonato mundial de fútbol", tomado de la revista Humanitas de la Pontificia Universidad Católica de Chile, el entonces Cardenal señala que "con su periodicidad de cuatro años, el Campeonato Mundial de Fútbol demuestra ser un acontecimiento que cautiva a cientos de millones de personas".
El ahora Papa Benedicto XVI dice luego que, en su opinión, "la fascinación del fútbol estriba esencialmente en que (…) obliga al hombre ante todo a disciplinarse, de modo que, por el entrenamiento, adquiera la disposición sobre sí mismo, por tal disposición superioridad, y por la superioridad libertad".
El fútbol, prosigue, enseña a la persona "la cooperación disciplinada: como juego de equipo, el fútbol lo obliga a un ordenamiento de lo propio dentro del conjunto. Une a través del objetivo común; el éxito y el fracaso de cada uno están cifrados en el éxito y el fracaso del conjunto".
"Finalmente, el fútbol enseña un enfrentamiento limpio en que la regla común a la que el juego se somete sigue siendo lo que une y vincula aun en la posición de adversarios y, además, la libertad de lo lúdico, cuando se desarrolla correctamente, hace que la seriedad del enfrentamiento vuelva a resolverse y desemboque en la libertad del partido finalizado".
El ahora Santo Padre señala que haciendo una sencilla comparación al mirar un partido de fútbol, "los jugadores pasan a ser símbolos de la propia vida. Eso mismo actúa retroactivamente sobre ellos: saben, en efecto, que las personas se ven representadas y confirmadas a sí mismas en ellos".