VATICANO,
Al recibir a los participantes de la reunión del Banco de Desarrollo del Consejo de Europa, el Papa Benedicto XVI insistió en la importancia del Cristianismo y aseguró que marginarlo “contribuirá a amputar nuestro continente del manantial fundamental que lo nutre incansablemente y que contribuye a su verdadera identidad”.
El Santo Padre recibió a los funcionarios este mediodía en la sala Clementina del Palacio Apostólico y les explicó que por ellas mismas, economía y finanzas, no existirían porque son solamente medios útiles.
“Su único fin es la persona humana y la realización plena de su dignidad. Este es el único capital que hay que salvar” en las crisis, indicó y recordó que este capital humano, se encuentra en la dimensión espiritual de las personas.
“El cristianismo ha permitido a Europa que comprendiera lo que es la libertad, la responsabilidad y la ética, que impregnan las les leyes de sus estructuras societarias”, señaló.
El Pontífice indicó que “marginar el Cristianismo así como excluir los símbolos que lo representan, contribuirá a amputar nuestro continente del manantial fundamental que lo nutre incansablemente y que contribuye a su verdadera identidad. Efectivamente, el Cristianismo es la fuente de los valores espirituales y morales que son el patrimonio común de los pueblos europeos, valores a los cuales los Estados miembros del Consejo de Europa han manifestado su adhesión inquebrantable en el Preámbulo del Estatuto del Consejo de Europa”.
Refiriéndose al Banco, fundado en 1956 por el Consejo de Europa, el Papa les recordó que tiene “una vocación exclusivamente social, para tener un instrumento cualificado con el fin de promover su propia política de solidaridad”. Este banco se ha ocupado desde el principio de los problemas relativos a los refugiados, para extender más tarde sus competencias en el contexto más amplio de la cohesión social europea.