VATICANO,
Ante más de 15,000 sacerdotes y un número indeterminado de laicos que abarrotaron la Plaza de San Pedro para la Vigilia por la clausura del Año Sacerdotal, el Papa Benedicto XVI resaltó la importancia del celibato en la vida de todos y cada uno de los presbíteros, no como algo accesorio, sino como algo esencial a la vida del sacerdote.
Respondiendo, sin leer texto alguno, a una pregunta sobre este importante tema, el Santo Padre explicó que el celibato no solamente fortalece la vocación del sacerdote, sino que también "confirma el sí definitivo del matrimonio, que es la forma natural de ser hombre y mujer que Dios ha querido en el mundo".
El Papa dijo luego que para el mundo además de los "pequeños escándalos" suscitados en los últimos tiempos en la Iglesia, aparece un escándalo todavía más grande: "el escándalo de quien pone su fe en Dios".
El celibato, dijo Benedicto XVI "es un gran signo de la presencia de Dios en el mundo. Debemos orar a Dios para que nos libre de los pequeños escándalos y haga presente el escándalo de nuestra fe en Dios".
Vivir la Eucaristía para darse a los demás