VATICANO,
Al recibir esta mañana las cartas credenciales del primer embajador de Benin ante la Santa Sede, Théodore Loko, el Papa Benedicto XVI alentó a trabajar por una verdadera fraternidad entre los hombres que esté basada en la justicia y la paz.
El diplomático recordó en su discurso al Cardenal de esta nación africana, Bernardin Gantin, fallecido hace dos años y que fue prefecto de la Congregación de los Obispos. El Papa se refirió al Purpurado como "un auténtico constructor de puentes entre las culturas y los continentes" y afirmó que su ejemplo llevará a los hombres y mujeres de la Iglesia en Benin a "cumplir un servicio cada vez más generoso y responsable en favor de la nación que celebrará el próximo año el 150 aniversario de su evangelización".
Seguidamente el Santo Padre se refirió a la importancia de la Conferencia de Fuerzas Vivas de la Nación, celebrada hace veinte años. "Aquel acontecimiento –dijo– no era solamente político, sino que testimoniaba igualmente la estrecha relación entre la fe y su expresión en la vida pública en Benin ha determinado vuestro futuro y sigue inspirando vuestro presente. Pido a Dios que bendiga los esfuerzos de todos aquellos que trabajan para construir una sociedad construida sobre la justicia y la paz, que reconoce los derechos de todos los miembros de la nación".
"Protagonistas de su propio destino, los benineses están invitados a promover una auténtica fraternidad. Es una condición esencial para la paz social y un factor de promoción humana integral", dijo Benedicto XVI exhortando a Benin a recurrir a los valores enraizados en su tradición entre los que destacan "el respeto del carácter sacro de la vida, con el que es necesario ser consecuentes ante todo lo que atenta contra él, sobre todo en el contexto de las leyes".
Entre estos valores Benedicto XVI indicó también la fraternidad que "debe conducir también a la búsqueda de la justicia cuya ausencia es siempre causa de tensión social y da lugar a consecuencias nefastas".
"La búsqueda del interés personal en detrimento del bien común es un mal que carcome poco a poco las instituciones públicas y frena, además, el pleno desarrollo de los seres humanos. Los protagonistas políticos, económicos y sociales de una nación son su ‘conciencia crítica’ que garantiza la transparencia en sus estructuras y la ética que anima la vida de cualquier sociedad. Deben ser justos. La justicia acompaña siempre a la fraternidad".