LOS ÁNGELES,
Ante una Catedral de Nuestra Señora de Los Ángeles totalmente abarrotada para la Misa de bienvenida al nuevo Arzobispo Coadjutor de Los Ángeles -la arquidiócesis con mayor presencia latina en Estados Unidos- Mons. José Horacio Gómez, afirmó que "nadie es extranjero para Dios y nadie es un extranjero para los demás".
En la Misa de bienvenida celebrada esta tarde a la que asistieron unas cuatro mil personas, 50 obispos de dentro y fuera de Estados Unidos y 411 sacerdotes, destacaron los discursos, peticiones, oraciones y cantos no sólo en inglés y español sino en otros idiomas como el chino para mostrar la diversidad cultural de Los Ángeles.
Mons. Gómez, quien se convertirá automáticamente en el Arzobispo titular de Los Ángeles cuando el Cardenal Roger Mahony cumpla 75 años el próximo 27 de febrero de 2011, comenzó su discurso agradeciendo "la hermosa bienvenida" y haciendo una broma: "casi dos homilías por el mismo precio… aunque ambas son gratis, es un buen negocio".
Dirigiéndose luego al Cardenal Mahony, aún Arzobispo titular de Los Ángeles, Mons. Gómez pidió al Purpurado agradecerle al Papa Benedicto XVI por haberlo designado a esta importante arquidiócesis y le pidió decirle que "trabajaré con todo mi corazón en este servicio. Dígale que trabajaré con todas mis fuerzas, exprésele mi amor filial".
En su discurso en el que habló en inglés y español, el Arzobispo Coadjutor resaltó que "todos y cada uno de los que estamos aquí en esta imponente catedral somos discípulos que tenemos la responsabilidad de la gran misión de la Iglesia. Nuestra misión es la de Cristo, proclamar la buena nueva de que Él es Dios, que Él es más grande que la muerte. Vengo a servir y a aprender con ustedes y a continuar la misión que ya ha iniciado en esta histórica sede".
Tras agradecer los 25 años de servicio del Cardenal Mahony y saludar a todos los miembros de la arquidiócesis de Los Ángeles, Mons. Gómez señaló la urgencia de defender la vida, desde la concepción hasta la muerte natural, de todos, especialmente de los que no tienen quien hable por ellos.