Los obispos de Estados Unidos y México dieron a conocer hoy un comunicado en el que solicitan a los presidentes de ambos países en ocasión de la visita de estado de Felipe Calderón a Barack Obama, la revisión de sus respectivos sistemas de inmigración para que en ambos se respete, por encima de todo, la dignidad y los derechos humanos.
En el texto bilingüe firmado por Mons. John C. Wester, Jefe del Comité de Migración de la Conferencia de Obispos Católicos de Estados Unidos, y por Mons. Rafael Romo Muñoz, Presidente de la Comisión de Migración de la Conferencia del Episcopado Mexicano, los prelados urgen a ambos mandatarios a "centrar su atención en la migración, y cómo ésta afecta a los más vulnerables: al trabajador migrante y su familia".
"Si bien respetamos la obligación de ambos países de garantizar la integridad de sus fronteras y la seguridad de sus pueblos, también creemos que estos objetivos se pueden alcanzar sin sacrificar la dignidad humana básica y los derechos de los migrantes", precisaron, y añadieron que "esto requiere que ambos países, examinen con ojo crítico tanto sus políticas migratorias como la aplicación de sus leyes y el impacto adverso en los seres humanos".
En cuanto a la realidad de Estados Unidos, los prelados afirman que "es necesario que el gobierno dé prioridad a una reforma migratoria integral. El sistema migratorio actual de Estados Unidos no proporciona suficientes vías legales o estatutos jurídicos para que los inmigrantes obtengan trabajos claves para la economía del país. Un sistema que proporcione vías legales para la inmigración reduciría la explotación a la que los trabajadores están sujetos por traficantes de personas y el número de migrantes que perecen en el desierto".
"Una reforma integral, además sacaría de la sombra a miles de inmigrantes indocumentados, para que puedan vivir con sus familias sin temor", añaden.
Sobre México, indican los obispos, "los cambios deben garantizar que los migrantes no sean objeto de abusos ni sujetos de explotación por parte de bandas criminales y funcionarios corruptos. Es necesario prestar atención a la creación de oportunidades para sus ciudadanos en sus lugares de origen, que les permitan vivir en condiciones dignas en su país. Esta situación ayudaría a reducir la migración indocumentada a largo plazo, un objetivo que ambas naciones comparten".