Fátima,
El Obispo de Leiria-Fátima, Mons. Antonio Marto, obsequió el primer Rosario oficial de la Virgen de Fátima al Papa Benedicto XVI. El Santo Padre agradeció el regalo y dirigió el rezo de esta oración mariana con la multitud de fieles presentes meditando los misterios gloriosos.
De rodillas y sosteniendo el rosario que le acababan de obsequiar, el Santo Padre dirigió la oración en la que él rezaba la primera parte de los Padres Nuestros y los Ave Marías en latín y la multitud acompañaba, cada uno en su propio idioma.
En una nota sobre el regalo hecho al Papa, el Santuario de Fátima explica que el rosario "está hecho de oro, metal noble que no se altera y cuyo color evoca al sol, símbolo que la Iglesia asocia a Jesucristo, cuyos misterios contempla a lo largo de la cadena en donde las cuentas de los Padres Nuestros también son de oro, y los Ave Marías hechas en topacio, que dejan pasar la luz azul del cielo, limpio y profundo, color que tradicionalmente se asocia a la figura de María".
En el medallón del rosario entregado al Santo Padre está la imagen de los tres pastorcitos ante la Virgen de Fátima.
Benedicto XVI, de rodillas durante todo el rezo del Rosario, también repetía al final de cada misterio junto a los miles de fieles presentes, lo que la Virgen de Fátima enseñó a los pastorcitos: "Oh Jesús mío, perdónanos, líbranos del fuego del infierno, lleva al Cielo a todas las almas, especialmente las más necesitadas de tu Misericordia" y la petición a la Madre de Dios: "Oh María concebida sin pecado, ruega por nosotros que recurrimos a ti".
Al final del cuarto misterio se realizó un procesional con una cruz luminosa que atravesó la explanada de Fátima, rodeada de banderas. Luego del término del rezo del Rosario, el Papa Benedicto XVI se retiró en el Papamóvil en medio de las muestras de afecto de una multitud iluminada por la luz de las velas.