VATICANO,
El Observador permanente de la Santa Sede ante la ONU, Mons. Celestino Migliore, intervino hace unos días en la Conferencia sobre la revisión del tratado de no proliferación nuclear, celebrada en Nueva York. El Prelado, que aseguró su total apoyo para conseguir el éxito de esta Conferencia, fue además el portador de un mensaje del Papa Benedicto XVI a los participantes en el que pide trabajar hacia la eliminación total de las armas nucleares en todo el mundo.
En su mensaje, el Santo Padre se refiere al "proceso para coordinar el desarme nuclear y la seguridad, que está estrechamente vinculado a la realización plena y rápida de los compromisos internacionales pertinentes". Porque la paz, escribe, "se basa en la confianza y el respeto de las promesas realizadas, no sólo en el equilibrio de fuerzas".
En este contexto, indica la nota de Radio Vaticano, el Pontífice alienta las iniciativas que persiguen el desarme progresivo y la creación de zonas libres de armas nucleares, con la finalidad de eliminarlas completamente del planeta. Además exhortó a todos los participantes en la reunión a "tejer una red política y económica de paz para fomentar el desarrollo integral del hombre y las genuinas aspiraciones de los pueblos".
En su intervención el observador permanente de la Santa Sede lamentó que las armas nucleares sigan siendo un tema central en la agenda de desarme desde hace décadas. "Estas armas siguen existiendo en grandes cantidades" denunció, y no sirven únicamente como disuasión sino que han ido afianzándose en las doctrinas militares de las grandes potencias. "Se ha intensificado el peligro de la proliferación y la amenaza del terrorismo nuclear se ha convertido en realidad", añadió.
Mons. Migliore también señaló el desafío de que los estados poseedores de armas nucleares, 40 años después de la entrada en vigor del Tratado de No Proliferación, aún no han cumplido la sentencia de la Corte Internacional de Justicia para eliminarlas.
"Mientras existan las armas nucleares siempre existirá el peligro de que el material nuclear producido para el uso pacífico de la energía se convierta en armas", advirtió. Pero para poner fin a la proliferación nuclear es necesario el apoyo de una autoridad moral decidida, porque ella es la condición primordial para respetar y cumplir las promesas y compromisos.