VATICANO,
Al presidir esta mañana la Audiencia General en la Plaza de San Pedro, el Papa Benedicto XVI explicó en qué consiste la misión de santificación que tiene todo presbítero en la Iglesia, a través de la liturgia y los sacramentos, y pidió a los fieles de todo el mundo rezar por los sacerdotes, especialmente ante las dificultades.
El Santo Padre explicó al iniciar su catequesis que "santificar a una persona significa ponerla en contacto con Dios", el Santo Padre afirmó que "parte esencial de la gracia del sacerdocio es el don y la misión de crear este contacto, que se realiza en el anuncio de la palabra de Dios y de un modo particularmente denso, en los sacramentos".
"En las últimas décadas, ha habido una tendencia a hacer prevalecer en la identidad y en la misión del sacerdote, la dimensión del anuncio, separándola de la de la santificación, a menudo se ha dicho que es necesario superar una pastoral meramente sacramental".
El Papa dijo luego que "el ministro ordenado representa a Cristo, el Enviado del Padre, es su presencia, continúa su misión a través de la ‘palabra’ y el ‘sacramento’, que son los dos pilares fundamentales del servicio sacerdotal". En este contexto señaló que "es necesario reflexionar si en algunos casos, el haber minusvalorado el ejercicio fiel del ‘munus sanctificandi’, no haya quizá representando una debilitación de la misma fe en la eficacia salvífica de los sacramentos y, en definitiva, en el obrar de Cristo y de su Espíritu, a través de la Iglesia, en el mundo".
Por eso es importante, prosiguió el Santo Padre, "promover una adecuada catequesis para ayudar a los fieles a comprender el valor de los sacramentos, pero también es necesario, siguiendo el ejemplo del Santo Cura de Ars, estar disponibles y atentos y ser generosos para donar a los hermanos los tesoros de la gracia que Dios ha puesto en nuestras manos, y de los que no somos los ‘dueños’, sino custodios y administradores".
"Especialmente en nuestro tiempo, en el que, por una parte, parece que la fe debe se debilita y, por otra, hay una profunda necesidad y una búsqueda general de espiritualidad, es necesario que cada sacerdote recuerde que en su misión, el anuncio misionero y el culto nunca se separan y promueva un sano ministerio sacramental para formar al Pueblo de Dios y ayudarlo a vivir plenamente la liturgia, el culto de la Iglesia, los sacramentos como dones gratuitos de Dios, actos libres y eficaces de su acción de salvación".