VATICANO,
Al recibir este mediodía (hora local) a los participantes del congreso nacional "Testimonios digitales. Rostros y lenguajes en la era digital", promovido por la Conferencia Episcopal Italiana, el Papa Benedicto XVI resaltó que la misión irrenunciable de la Iglesia también es anunciar a Cristo en Internet, mostrando a todos la verdadera dignidad de la persona creada por Dios para que con Él llegue a su plenitud.
Al iniciar su discurso en italiano, el Santo Padre hizo un breve diagnóstico sobre las nuevas realidades virtuales, en medio de las cuales "aumentan los peligros de homologación y control, de relativismo intelectual y moral" y expresó su deseo de que este congreso apunte a "reconocer los rostros, supere esas dinámicas colectivas que pueden hacer desaparecer la percepción de la profundidad de las personas y quedarse en su superficie: cuando esto sucede, se convierten en cuerpos sin alma, objetos de cambio y de consumo".
Al hablar luego del camino de humanización, Benedicto XVI recordó su encíclica Caritas in veritate en la que señala la necesidad de que los medios estén centrados en "la promoción de la dignidad de las personas y los pueblos, estén animados por la caridad y puestos al servicio de la verdad, del bien y de la fraternidad natural y sobrenatural".
"Solamente con tales condiciones el paso de época que estamos atravesando puede revelarse rico y fecundo de nuevas oportunidades. Sin temor queremos adentrarnos en el mar digital, afrontando la navegación abierta con la misma pasión que desde hace dos mil años gobierna la barca de la Iglesia. Más que los recursos técnicos, que son necesarios, queremos calificarnos habitando también este universo con un corazón creyente, que contribuya a darle un alma al ininterrumpido flujo comunicativo de la red".
Ésta, continuó el Papa, "es nuestra misión, la misión irrenunciable de la Iglesia: la tarea de todo creyente que obra en los medios es la de ‘allanar el camino a nuevos encuentros, asegurando siempre la calidad del contacto humano y la atención a las personas y sus verdaderas necesidades espirituales, ofreciendo a los hombres que viven este tiempo ‘digital’ los signos necesarios para reconocer al Señor’".
"Queridos amigos, también en la red estamos llamados a colocarnos como ‘animadores de comunidades’, atentos a ‘preparar caminos que conduzcan a la Palabra de Dios’ y a expresar una particular sensibilidad para cuantos ‘están desesperanzados y tienen en el corazón deseos de absoluto y de verdad no caducos’. La red podrá así convertirse en una especie de ‘pórtico de los gentiles’ en donde se ‘haga espacio también para quienes Dios es todavía un desconocido’".