VATICANO,
En ocasión del 5° aniversario de su elección a la Sede de Pedro, el Papa Benedicto XVI almorzó con 46 cardenales en el Vaticano. Les agradeció por su labor en la guía de la Iglesia Católica y les expresó la fuerte convicción que experimenta de no estar solo, de tener consigo a todo el Colegio Cardenalicio que con él comparte tribulaciones y consuelos.
Luego del intenso viaje a Malta en el que rezó ante la gruta de San Pablo invitando a los católicos a aceptar el desafío de la nueva evangelización, en el que rezó y acogió a un grupo de personas que sufrieron abusos sexuales cometidos por algunos miembros del clero, y en el que exhortó a los jóvenes a anunciar a Dios que ama a todos y no rechaza a nadie, Benedicto XVI almorzó con los cardenales de la curia vaticana en la Sala Ducale del Palacio Apostólico.
En el almuerzo el Santo Padre agradeció a los cardenales que lo acompañan "día a día. Sobre todo en momentos en los que parece verse confirmadas las palabras de San Agustín citadas en el (Concilio) Vaticano II, que la Iglesia ha peregrinado en medio de la persecución del mundo y los consuelos de Dios", señala la nota de L’Osservatore Romano (LOR).
El Santo Padre dijo luego que en la Iglesia existen dos principios: uno personal y otro comunitario: "El Papa tiene una responsabilidad personal, no delegable, el Obispo está circundado por sus presbíteros. Pero el Papa está circundado por el Colegio Cardenalicio que podría ser llamado en términos orientales casi su sínodo, su compañía permanente que lo ayuda, lo acompaña, lo sostiene en su trabajo".
LOR indica que el Papa concluyó indicando que "esta es la cercanía particular que el Pontífice advierte en este momento y por la que agradece al Señor, mientras invoca, para seguir adelante, la fuerza de la fe en la alegría de la resurrección".
Al finalizar el almuerzo, el Decano del Colegio Cardenalicio, Cardenal Angelo Sodano, dirigió unas palabras a Benedicto XVI en las que resaltó la gran obra del Pontífice, le agradeció su entrega constante y le reiteró la disposición a seguir trabajando por la Iglesia de los "60 cardenales residentes en la ciudad, y también de los 121 hermanos esparcidos en todo el mundo, que hoy sentimos cercanos a nosotros".