Un reciente estudio publicado en el diario inglés The Lancet revela que la mortalidad materna en el mundo ha descendido de 526 300 en 1980 a 342 900. Para Scott Fischbach, Director Ejecutivo del Minnesota Citizens Concerned for Life Education Fund (MCCL), esta investigación "es clara prueba de que el agua potable, la sangre saludable y el adecuado acceso a la salud –y no el aborto a pedido– ayuda a las mujeres embarazadas y a sus bebés globalmente".
El Dr. Richard Horton, editor de The Lancet, explicó que durante algún tiempo diversos "promotores del aborto" presionaron para no dar a conocer los resultados de esta investigación o por lo menos para postergarlo hasta que se realizara la cumbre mundial en la ONU sobre la Mujer denominada Beijing +15, que ya se llevó a cabo.
"Por años los abogados del aborto han usado el asunto de la mortalidad materna para derrumbar las leyes pro-vida en distintos países. Sin el argumento de la mortalidad materna, tienen ahora otro vacío en sus presiones por el aborto a pedido", explica Fischbach.
Distintos grupos pro-vida, incluido el MCCL consideran que "la solución para los abortos ilegales y las altas tasas de mortalidad materna es muy sencilla: dar esperanza, oportunidades y apoyo a las mujeres embarazadas asegurándoles agua potable, un suministro oportuno de sangre saludable y adecuados cuidados de salud. Las estadísticas confirman que estas acciones pueden salvar a las mujeres, y no la legalización del aborto".
El estudio también señala que del total de muertes maternas de 2008, unas 60 mil corresponden a mujeres con virus del SIDA en el este de África.
Este estudio fue realizado por la University of Washington y la University of Queensland en Brisbane, Australia. Fue financiado por la Fundación de Bill y Melinda Gates.