MOSCÚ,
Un reciente editorial del diario Pravda.ru, escrito originalmente en portugués por Artur Rosa Teixeira, explica que la actual campaña mediática difamatoria contra el Papa Benedicto XVI y la Iglesia pretende desacreditar a la Iglesia para poder seguir obteniendo beneficios económicos, a través de la imposición de una ideología que no considera la naturaleza espiritual del ser humano sino que ve todo desde una perspectiva sexista y hedonista.
En el texto Texeira comenta que estas agresiones toman "un caso aislado, preferiblemente complicado, y lo generalizan para inducir al lector a pensar que todo el cuerpo es la misma naturaleza".
"Esta generalización obviamente tiene connotaciones ideológicas y sigue una agenda política que busca deconstruir la sociedad tradicional y sus instituciones seculares así como imponer un nuevo orden mundial con la manera de los siniestros intereses de la oligarquía internacional, los mismos que manejan los mercados financieros y, a través de ellos, controlan ampliamente la economía mundial".
"De hecho –prosigue– los recientes informes de pedofilia que involucran a sacerdotes carecen de la ética periodística requerida, sin importar su gravedad moral. Ese tipo de noticias generan sospecha sobre su ‘bondad’ incluso en no católicos como nosotros".
Seguidamente el editorial reconoce el aporte católico a la civilización occidental y explica que al hacer esta apología no están defendiendo la pedofilia de algunos sacerdotes, que siempre debe ser condenada; y advierte también sobre la "bondad" de muchas noticias que "se concentran exclusivamente en casos de clérigos católicos" cuando estos constituyen "una pequeñísima minoría", y que buscan mostrar como "inacabables como en un panal de abejas" los contados casos.
Tras comentar algunos aspectos del caso Murphy en Estados Unidos y cómo el entonces Cardenal Ratzinger no lo encubrió sino que hizo todo lo que debía hacer, el editorial señala que "no creemos que el New York Times ignorase totalmente estos hechos. Desde aquí, se ve la mala fe y el tinte difamatorio de la campaña que se ha articulado contra la jerarquía del mundo católico".