La Conferencia de Obispos Católicos de Estados Unidos (USCCB) dio a conocer esta mañana una declaración en la que agradecen al Papa Benedicto XVI su intensa labor, preocupación y mano firme ante los casos de abusos sexuales cometidos por algunos miembros del clero. Este texto sale a la luz en medio de la campaña mediática que busca presentar al Santo Padre como un "encubridor" de estos dolorosos hechos, cuando no lo es y no lo ha sido.
El texto inicia señalando que "en nombre de los obispos católicos de Estados Unidos, nosotros, los miembros del Comité Ejecutivo de la Conferencia de Obispos Católicos de los Estados Unidos escribimos para expresar nuestra profunda preocupación por aquellos a quienes se ha dañado con el crimen y el pecado del abuso sexual por miembros del clero, así como nuestro profundo agradecimiento por el respaldo que el Papa Benedicto XVI nos ha dado para dar respuesta a las víctimas, tratar con los responsables del abuso y crear ambientes seguros para los niños".
"La reciente salida a la luz pública de más casos de abusos sexuales por parte de miembros del clero entristece y enoja a la Iglesia y nos avergüenza. Si en algún lugar los niños deberían estar seguros, debería ser en sus hogares y en la Iglesia", prosigue.
Los prelados destacan luego que por su propia experiencia saben que el Papa Benedicto XVI "se preocupa profundamente por aquellos a quienes se ha hecho daño con los abusos sexuales y también cuanto ha fortalecido él mismo la respuesta de la Iglesia a las víctimas. También ha apoyado nuestros esfuerzos por lidiar con los responsables".
Tras recordar el diálogo que sostuviera el Santo Padre en su visita a Estados Unidos con algunas de las víctimas de estos abusos, el comunicado señala que "con el apoyo tanto del Papa Juan Pablo II como de Benedicto XVI, nosotros, los obispos hemos realizado un compromiso enérgico para hacer todo cuanto esté a nuestro alcance para prevenir que el abuso les suceda a los niños".
"Vivimos este compromiso mediante el Estatuto Para la Protección de Niños y Jóvenes, el cual nos llama a responder con compasión a las víctimas, a trabajar diligentemente para seleccionar a aquellos que trabajan con niños y jóvenes en la Iglesia, a proporcionar educación para la concienciación y prevención, a denunciar sospechas de abuso a las autoridades civiles y a rendir cuentas de nuestros esfuerzos para proteger a niños y jóvenes mediante una auditoría externa anual a nivel nacional", explica el texto.