VATICANO,
En un encuentro con unos 70 mil jóvenes de diversas partes de Italia ayer en la Plaza de San Pedro celebrando los 25 años de las Jornadas Mundiales de la Juventud, el Papa Benedicto XVI resaltó que Dios tiene un proyecto de amor para todos ellos "en la totalidad de la historia".
En el encuentro de oración, meditación y diálogo con el Santo Padre, algunas personas dieron también testimonio de su fe y hubo, además, cantos y danzas. La Plaza permaneció en silencio durante la entrada de la Cruz de las JMJ, llevada en procesión, con antorchas, y acompañada de la imagen de la Virgen "Salus Populi Romani".
A su llegada, Benedicto XVI dio las gracias a los jóvenes por su presencia, su "maravilloso testimonio de fe" y su "entusiasmo por seguir a Jesús". Después respondió a las preguntas de tres participantes en el encuentro. "¿Qué puedo hacer con mi vida para que sea hermosa y grande?", fue la primera, a la que el Papa, citando el pasaje del joven rico, respondió: "En primer lugar, no desperdiciar la vida, vivirla con profundidad, no vivir para uno mismo".
"Dios ha querido mi vida desde la eternidad. Soy amado y necesario. Dios tiene un proyecto conmigo en la totalidad de la historia. Por eso, el punto de partida es tratar de conocer a Dios. Después lo esencial es el amor. Los diez mandamientos son sólo una forma explícita del mandamiento del amor. Son, por decirlo así, reglas del amor con puntos esenciales: la familia, como fundamento de la sociedad, la vida que hay que respetar como don de Dios; el orden de la sexualidad, de la relación entre hombre y mujer; el orden social y, finalmente, la verdad".
"La perfección, es decir, ser bueno, vivir la fe y el amor, es sustancialmente una, pero de formas diversas. Encontrar la vocación y vivirla en cualquier lugar es fundamental, tanto si soy un científico como un campesino".
"¿Qué significa que Jesús nos mira con amor? ¿Y se puede vivir esta experiencia hoy?", fue la segunda pregunta. "Creo que sí, el Señor está siempre presente y nos mira a todos con amor, pero tenemos que encontrar esta mirada. El primer paso es conocer a Jesús tal y como aparece en los Evangelios", pero además, "no sólo en el ámbito académico y teórico, sino con el corazón, hablar con él en la oración".