Pese al enérgico de rechazo de los obispos de Estados Unidos y al de diversas organizaciones civiles, el senado aprobó ayer la reforma sanitaria alentada por la administración Obama que permitiría el uso de fondos federales para promover el aborto y no respeta el derecho a la objeción de conciencia de los médicos y las instituciones que no están de acuerdo con esta práctica.
En su última declaración enviada a los senadores sobre esta reforma, luego de una extensa lista de declaraciones, artículos, cartas y pronunciamientos al respecto, los obispos de Estados Unidos recuerdan que "la reforma sanitaria debe proteger realmente la vida, las conciencias y la salud de todos, lo que constituye un imperativo moral y una prioridad nacional urgente".
Los prelados indican luego que la nueva ley debería "proteger la vida y la conciencia, no amenazarlas. Este proyecto extiende la cobertura del aborto, permite que fondos federales los paguen y niega la adecuada protección de conciencia a los individuos y las instituciones".
Los obispos explican además que "el status quo prohíbe al gobierno federal el financiamiento o la facilitación de planes que incluyen el aborto. La ley del Senado claramente viola esta prohibición al proporcionar subsidios para comprar estos planes".
El texto también denuncia que la cobertura de la reforma va a generar que muchos no cuenten con atención médica: "la ley del senado no solo negará que los inmigrantes tengan acceso al Medicaid por cinco años, sino también prohíbe que los indocumentados puedan comprar seguros para sus familias".
"Con gran pesar, pero con un claro juicio moral, estamos obligados a seguir alentando a los miembros del Senado a oponerse a esta ley a menos que las fallas fundamentales sean revertidas. En este crítico momento pedimos a los representantes que tomen las medidas necesarias para asegurar una reforma de salud que respete la vida y la dignidad, desde la concepción hasta la muerte natural", concluye la carta.