ROMA,
El Obispo Regente de la Penitenciaría Apostólica del Vaticano, Mons. Gianfranco Girotti, explicó que los sacerdotes deben estar preparados para poder responder a los desafíos actuales, cada vez más complejos como en el caso de la bioética, que se presentan al momento de administrar el sacramento de la confesión.
En entrevista concedida a L’Osservatore Romano (LOR), el Prelado explicó que ante la profundización de algunos desafíos actuales como el transplante de órganos, las células estaminales y la precisión sobre el momento de la muerte, "no existirá absolutamente una nueva lista de pecados. Pero es normal que un confesor deba prepararse a conciencia si quiere responder del mejor modo posible a su misión. La misión del confesor es indudablemente, hoy en día, un ministerio que no es fácil de ejercer".
"La sociedad hodierna –continuó– propone siempre nuevos desafíos. Entonces si la preparación doctrinal es indispensable, es necesario también que el sacerdote esté constantemente actualizado e informado sobre la posición de la Iglesia ante determinadas situaciones porque, infaltablemente, se presentarán durante la confesión. Y a veces es necesario responder a los casos menos pensados".
Para Mons. Girotti, el sacerdote "corre seriamente el riesgo de encontrarse con frecuencia no preparado y esto no puede y no debe suceder. Y eso porque afrontamos temas muy particulares. Es indudable que entre las cuestiones éticas las ligadas a la bioética asuman hoy notoriedad en la praxis sacramental y pastoral".
El confesor, indicó, "debe ser capaz de afrontarlas con conocimiento de causa. Debe mostrarse no solo acogedor y comprensivo ante al penitente, sino que debe también suscitar en él la confianza con su palabra autorizada y competente".
"El sacerdote de hoy no puede abdicar de ciertas exigencias cognitivas y culturales", agregó.