VATICANO,
En su mensaje, dado a conocer hoy, por la 25° Jornada Mundial de la Juventud que se celebra el próximo 28 de marzo, Domingo de Ramos, el Papa Benedicto XVI recordó que Dios ama de manera personal a cada uno de los jóvenes del mundo y es respuesta auténtica a las interrogantes más profundas que en esta etapa de la vida experimenta toda persona.
En el texto titulado "Maestro bueno, ¿qué cosa debo hacer para tener vida eterna?" en el que reflexiona sobre el pasaje evangélico del joven rico, el Santo Padre destacó que San Mareco subraya el hecho que "Jesús fijó la mirada sobre él y lo amó".
"En la mirada del Señor –dijo el Papa– está el corazón de este especialísimo encuentro y de toda la experiencia cristiana. De hecho el cristianismo no es primeramente una moral, sino una experiencia de Cristo, que nos ama personalmente, jóvenes o viejos, pobres o ricos, nos ama incluso cuando le damos la espalda".
En este intenso amor de Cristo por cada persona, continuó, "se encuentra la fuente de toda la vida cristiana y la razón fundamental de la evangelización: si verdaderamente hemos encontrado a Jesús, ¡no podemos hacer menos que testimoniarlo a quienes no han todavía experimentado su mirada!"
Benedicto XVI explicó luego que "en el joven del Evangelio, podemos ver una condición muy similar a la de cada uno de vosotros. También ustedes son ricos en cualidades, energías, sueños, esperanzas: ¡recursos que poseen en abundancia! Vuestra misma edad constituye una gran riqueza no solo para ustedes sino para los otros también, para la Iglesia y para el mundo".
Esta etapa de la juventud, prosiguió el Papa, "es tiempo de opciones fundamentales para construir vuestro proyecto de vida. Es el momento, entonces, de interrogaros sobre el sentido auténtico de la existencia y de preguntaros ‘¿Estoy satisfecho con mi vida? ¿Qué cosa falta? ¿Qué puedo hacer"