VATICANO,
Al recibir este fin de semana los prelados de la Conferencia de Obispos Católicos de Sudán al final de su visita "ad limina", el Papa Benedicto XVI alentó a trabajar intensamente por la paz y reconciliación en este país africano y resaltó que su "fidelidad al Señor y los frutos de su labor entre tantas dificultades y sufrimientos dan testimonio elocuente del poder de la Cruz que resplandece entre nuestras debilidades y límites humanos".
"Sé cuánto vosotros y los fieles de vuestro país anheláis la paz y con cuanta paciencia trabajáis para su restablecimiento. Anclados en vuestra fe y esperanza en Cristo, Príncipe de la Paz, encontraréis siempre en el Evangelio los principios necesarios para dar forma a vuestras predicaciones y enseñanzas, a vuestros juicios y acciones".
"Inspirados por esos principios y haciéndoos eco de las justas aspiraciones de toda la comunidad católica, habéis manifestado al unísono el rechazo de ‘cualquier retorno a la guerra’, llamando al restablecimiento de la paz en todos los ámbitos de la vida nacional", recordó el Papa.
Para que la paz se establezca, continuó, es necesario esforzarse para "disminuir los factores que contribuyen al conflicto, sobre todo la corrupción, las tensiones étnicas, la indiferencia y el egoísmo". Los esfuerzos serán fructíferos si se basan "en la integridad, el sentido de hermandad universal y las virtudes de justicia, responsabilidad y caridad".
Después invitó a los prelados a inspirarse en la reciente Asamblea Especial para África del Sínodo de los Obispos, cuando prediquen "la reconciliación y el perdón". "Los efectos de la violencia pueden tardar años en curarse, pero el cambio en los corazones, que es la condición indispensable para una paz justa y duradera, debe ser implorado desde ahora como un don de la gracia de Dios".
"Como heraldos del Evangelio os esforzáis en inculcar en vuestro pueblo y en vuestra sociedad el sentido de responsabilidad con las generaciones actuales y futuras, alentando el perdón, la aceptación mutua y el respeto por los compromisos contraídos. También habéis trabajado por el progreso de los derechos humanos fundamentales a través de la ley y habéis solicitado la aplicación de un modelo integral de desarrollo económico y humano. Aprecio todo lo que la Iglesia hace en vuestro país para ayudar a los pobres a vivir con dignidad y respeto propio, para encontrar un trabajo duradero y para capacitarles a dar su aportación a la sociedad".