GINEBRA,
El Observador Permanente de la Santa Sede ante la ONU, Mons. Silvano Tomasi, pidió en la 13º sesión del consejo de derechos humanos de esta entidad, se respete y promueva la igualdad religiosa, así como un alto a la injusticia en los países donde las minorías son maltratadas por su fe.
El pronunciamiento se llevó a cabo en la ONU en Ginebra el 12 de marzo. El Prelado comenzó haciendo referencia a al diálogo interreligioso entre católicos y musulmanes con la participación del Pontificio Consejo para estos asuntos, realizado tres semanas atrás en Egipto, donde se pidió evitar "la manipulación de la religión por razones políticas u otros fines ya que conlleva a la violencia" y también se recomendó "evitar la discriminación sobre todo con bases en la identidad religiosa".
Mons. Tomasi mencionó luego, refiriéndose a la falta de libertad religiosa que casi el 70 por ciento de la población total (6 mil 8 cientos millones de habitantes) vive en algunos países; en muchos casos donde sus derechos son violados y su liberad de culto es afectada.
En estos lugares las víctimas no denuncian los maltratos recibidos por miedo a mayores represalias, pues en muchos casos la intolerancia religiosa también proviene de las autoridades políticas.
Ante esto, el Nuncio exhorta a "respetar y promover el derecho a la libertad religiosa en todos sus aspectos, mediante la legislación nacional, sancionando efectivamente a quienes violen la ley", ya que "el estado tiene la responsabilidad de proteger los principales derechos humanos de las personas en sus territorios".
Mons. Tomasi culminó diciendo que el bienestar futuro depende de la efectiva implementación de los derechos humanos reconociendo y respetando la dignidad de cada persona, sin diferenciarlas étnica o religiosamente; también depende del rechazo de toda discriminación en cuanto a raza, color, sexo o religión.