BOGOTÁ,
El Obispo Castrense de Colombia, Mons. Fabio Suescún Mutis, al comparar el tiempo de Cuaresma con las grandes maratones, recordó que "la Pascua que es morir y resucitar con Cristo, está en el horizonte, como meta de nuestra existencia y de cada Cuaresma".
El Prelado señaló que, como en toda carrera, "para llegar a la meta hay que seguir las instrucciones y las orientaciones de la vía" que nos da la Iglesia al invitarnos a volver a Dios por medio de la oración, la caridad y la abstinencia".
"La Iglesia nos invita a una actitud fundamental en la Cuaresma: querer volver a Dios porque sin Él el vacío existencial es imposible de llenar. Es necesario que el creyente, en el camino de los cuarenta días que conducen a la Pascua, se mantenga en la escucha del Dios que nos anima y nos da las recomendaciones para seguir adelante. De ahí la importancia de meditar y contemplar la Palabra de Vida y de sentir la cercanía del Dios amor en la oración constante", señaló.
Asimismo, al referirse a la caridad en Cuaresma, Mons. Suescún advirtió que "un corazón encerrado en la admiración y cuidado del propio yo es un corazón incapaz de amar. Tenemos que recordar constantemente que el amor es la identidad de los que son discípulos y misioneros del Señor Jesús".
"El amor nos lleva a compartir con los otros la carrera de la vida y es ayuda a los rezagados, que han perdido el aliento o que se han accidentado. Hay que tener presente que hoy el mundo necesita volver a la práctica de las obras de misericordia de acuerdo con las circunstancias del mundo actual", indicó.
De igual manera, el Prelado señaló que "la disciplina de quienes hacen ejercicio en las primeras horas del día y la abstinencia de los que hacen dieta por salud o por imagen, deben ser aplicadas también a la salud espiritual".