VATICANO,
El Papa Benedicto XVI y los miembros de la Curia Vaticana se encuentran en el tercer día de sus ejercicios espirituales de Cuaresma en los que reflexionan sobre el tema "Lecciones de Dios y de la Iglesia sobre la vocación sacerdotal", en el marco del Año Sacerdotal. En el tercer día la meditación se ha centrado en la respuesta del hombre al llamado del Señor.
Así lo explica el responsable en español de Radio Vaticano, P. David Gutiérrez, quien comenta que en este tercer día "después de haber meditado sobre la vocación, la llamada de Dios hecha a algunos profetas del antiguo testamento y vista la experiencia de algunos Padres de la Iglesia, entre los que se incluye San Agustín, el predicador de los ejercicios espirituales del Santo Padre, Enrico dal Covolo, centró sus reflexiones de hoy en la respuesta que da el hombre a ese llamado de Dios".
Para hacerlo, revisó "algunas historias bíblicas, especialmente la referida en el evangelio según san Mateo donde Jesús habla sobre construir sobre la arena de nuestros intereses o construir sobre la Roca de Dios".
"Un énfasis fuerte fue hecho en el sentido que la vocación y la respuesta son para la misión. Este segundo día concluye con una reflexión sobre el ejemplo sacerdotal del Santo Cura de Ars", agregó el P. Gutiérrez.
El sacerdote colombiano explicó que estos ejercicios se componen de varias "sesiones de oración y lectio divina la primera parte de la mañana, para concluir con una meditación al final de la mañana, lo que completaría las lecciones de Dios. Por la tarde son las lecciones de la Iglesia que se realizan siguiendo la palabra y el ejemplo de los santos padres de la Iglesia, algunas palabras de los Papas y del Magisterio, pero sobre todo siguiendo los ejemplos de santos sacerdotes".
El responsable de Radio Vaticano en español recordó que la Cuaresma es un tiempo especial de conversión. "Podríamos decir que es un tiempo de ‘competición’ espiritual que hay que vivir con Jesús, sin orgullo ni autosuficiencia, más bien utilizando las armas de la fe, es decir, la oración, la escucha de la Palabra de Dios y la penitencia. De este modo podremos celebrar verdaderamente la Pascua, dispuestos a renovar las promesas de nuestro Bautismo", concluyó.