MÉXICO D.F.,
Durante el Encuentro de Juventud y Familia, que reunió a más de 10 mil miembros y amigos de la Legión de Cristo y del Movimiento Regnum Christi en la capital mexicana, el P. Evaristo Sada, LC, Secretario General de la Legión de Cristo, señaló que tras la crisis producida por las revelaciones relacionadas a la doble vida del fundador, el P. Marcial Maciel Degollado, es momento de "asumir las consecuencias y corregir con determinación lo que haya que corregir".
"De todo corazón quiero pedir perdón a las personas a las que nuestro fundador haya afectado a causa de los actos inmorales en su vida personal y a las personas que se hayan sentido heridas por sus consecuencias. El P. Álvaro lo ha hecho y lo está haciendo en público y en lo personal, pero de nuevo pedimos perdón porque nos pesa sinceramente lo que la Iglesia y estas personas han sufrido", dijo durante su conferencia titulada "¿Cómo caminar sobre agua sin hundirse?" el P. Evaristo Sada, que viene compartiendo desde hace meses en diversos países del mundo su experiencia personal sobre la situación actual que vive la Congregación.
El Secretario General de la Legión de Cristo explicó este fin de semana en el encuentro que ha recibido de Dios una lección de humildad en este tiempo "para reconocer que hemos cometido errores".
"Debemos identificar las causas, asumir las consecuencias y corregir con determinación lo que haya que corregir para que no vuelva a suceder", afirmó.
El P. Evaristo Sada continuó explicando que la lección de humildad también ha sido, en su caso, para aceptar la realidad de la vida del fundador de su congregación, Marcial Maciel: "para aceptar que, cuando viví con nuestro fundador, no vi las cosas negativas que ahora conocemos; no las vi, sólo fui capaz de ver lo bueno y no me di cuenta de lo malo. Dios así lo permitió. Ahora que las conozco, me duele mucho constatarlo, me duele por las personas que han sufrido, me duele que se haya provocado desprestigio al sacerdocio católico".
Hablando del P. Maciel, el P. Sada señaló que "oro por él, oro mucho por él. Lo acepto también como parte de mi historia aunque me haga sufrir el ser blanco de sospechas y desconfianza. Pero se lo ofrezco a Dios como reparación. Reparar es parte importante en la vida del sacerdote. Cuando el sacerdote ve pecados debe ser un estímulo para amar más y entregarse a Dios con más generosidad".