ROMA,
En conferencia de prensa en Roma al finalizar el encuentro de dos días de los Obispos de Irlanda con el Papa Benedicto XVI para tratar el delicado tema de las inconductas sexuales de algunos miembros del clero, el Arzobispo de Armagh, Cardenal Sean Brady, señaló que este asunto "es un problema serio y al centro de todo tiene que estar el bienestar de las víctimas".
En la rueda de prensa en la que también participaron los obispos Michael Smith, Joseph Duffy, Denis Brennan y Brendan Kelly, el Cardenal comentó que pudo hablar con el Santo Padre sobre "todo el apoyo que hemos experimentado luego del informe" que reveló los casos de abuso sexual en los últimos 40 años "por parte de miembros de otras iglesias" así como del "impacto de éste en la gente".
El Cardenal comentó también que es necesario usar algunas estructuras diocesanas para "involucrar a los laicos de una manera más directa en la marcha de la Iglesia", luego de lo cual el Obispo de Ferns, Mons. Denis Brennan se refirió a la "cultura que se ha generado entre los obispos, los líderes de la Iglesia y la sociedad irlandesa" y al dolor y la preocupación por la situación actual de la Iglesia "que se origina en una brecha de confianza entre nosotros y la gente".
Tras admitir que "la gente confió en nosotros para hacer un mejor trabajo en esta área y muchos se han desilusionado porque no lo hemos hecho", el Prelado indicó que éste "es un proceso a largo plazo y cada día damos un paso en ese camino en el que estamos muy determinados, de hecho más determinados luego de este encuentro, en volver a ganar la confianza de la gente en Irlanda".
Por su parte Mons. Smith se refirió al encuentro con el Santo Padre como "una conversación clara, franca y abierta" en la que cada obispo "fue escuchado y respondido. El Papa mismo estuvo en todas las reuniones y se experimentaba un tremendo compromiso".
El Cardenal Brady dijo también que en el centro de todas las conversaciones siempre estuvieron las víctimas de las inconductas sexuales y explicó que el encuentro sirvió también para "ayudar al Santo Padre a dar los toques finales a su carta pastoral, en la que se dirigirá a las víctimas apropiadamente. En el centro de todo siempre estuvo la preocupación sobre cómo ayudarlas a sanar completamente".