VATICANO,
Al presidir esta mañana en la Basílica de San Pedro la Eucaristía en ocasión de la 18° Jornada Mundial del Enfermo y el 25° aniversario del Pontificio Consejo para la Pastoral de los Agentes Sanitarios (Pastoral de la Salud), el Papa Benedicto XVI explicó que, como la Virgen María, la Iglesia ejerce su maternidad atendiendo a los enfermos en el cuerpo y el espíritu, alentando en ellos la alegría verdadera en medio del dolor.
En su homilía, el Papa explicó que los evangelios hablan de Cristo curando en el cuerpo y el espíritu. "La Iglesia, a quien se le ha confiado la tarea de prolongar en el espacio y en el tiempo la misión de Cristo, no puede desatender estas dos obras esenciales: evangelización y cura de los enfermos en el cuerpo y en el espíritu", añadió.
"De hecho –continuó el Santo Padre– Dios quiere curar a todo hombre y en el Evangelio la curación del cuerpo es signo de la sanación más profunda que es la remisión de los pecados. No llama la atención, entonces, que María, madre y modelo de la Iglesia, sea invocada y venerada como ‘Salus infirmorum’, ‘Salud de los enfermos’. Como primera y perfecta discípula de su Hijo, Ella siempre ha mostrado, al acompañar el camino de la Iglesia, una especial solicitud por los sufrientes".
El Papa se refirió luego al relato de la Visitación, en el que se ve a María "luego del anuncio del Ángel, no guarda para sí el don recibido, sino parte rápidamente para ir a ayudar a la anciana prima Isabel, que desde hacía seis meses llevaba en el vientre a Juan. En el sostenimiento ofrecido por María a esta pariente que vive, en edad avanzada, una situación delicada como el embarazo, vemos prefigurada toda la acción de la Iglesia para sostener la vida necesitada de cura".
Tras agradecer al Pontificio Consejo para la Pastoral de la Salud por su trabajo y luego de saludar a los miembros de la Unión Nacional Italiana de Transporte de Enfermos a Lourdes y Santuarios Internacionales (UNITALSI), Benedicto XVI se refirió al canto del Magnificat, en el que "escuchamos la voz de tantos santos y santas de la caridad, pienso en particular en aquellos que han pasado su vida entre los enfermos y sufrientes como Camilo de Lellis y Juan de Dios, Damián de Veuster y Benedicto Menni".
"Quien permanece por largo tiempo cerca a quienes sufren, conoce la angustia y las lágrimas, pero también el milagro de la alegría, fruto del amor".