LA PAZ,
El catequista debe inspirar su trabajo de enseñanza de la fe en el encuentro personal con Cristo y anunciarlo en medio de un mundo que lo rechaza, advirtió Mons. Sergio Gualberti, Arzobispo Auxiliar de la Arquidiócesis de Santa Cruz (Bolivia) durante la Misa de envío de nuevo catequistas de la región.
"Me quiero dirigir especialmente a los catequistas, ahí tienen que inspirar su misión, a partir del encuentro personal con Cristo. Esto vale no sólo para los catequistas, vale para todos nosotros, llamados todos a ser discípulos y misioneros de Jesús", dijo el Prelado durante la Misa.
Mons. Gualberti pidió además a los catequistas "tener esta valentía, esta audacia de lanzarnos partiendo del encuentro con Cristo que como con Simón, tiene que provocar en nosotros, tiene que dar frutos, en primer lugar un cambio radical en nuestra vida, una convicción que nos lleve a nuestra existencia de vida en comunión con el Señor y con los hermanos, sustentada cada día por la oración, por mesa de la Palabra y la mesa Eucarística, un encuentro con Cristo que debe suscitar en nosotros un dinamismo nuevo y tiene que ser la fuerza inspiradora en nuestro camino".
El Prelado recordó además que "la misión del cristiano es llevar a los hombres a la vida verdadera, es consagrar la existencia al servicio de la vida de la humanidad y el cambio radical que ese encuentro con Jesús supuso en Pedro y sus socios, Santiago y Juan, es todavía más asombroso que la pesca milagrosa, el cambio en la vida de Pedro, ellos mismos, de pescadores son pescados para la misma misión profética de Jesús: liberar a los pobres y oprimidos y a toda persona esclava y sumida en el mal de la opresión, de la injusticia y de la violencia, por eso, dejándolo todo lo siguieron", aclaró.
Mons. Gualberti recordó además que el mandato de Cristo "nos llena de esperanza en nuestro caminar, porque nosotros queremos ser fieles discípulos de la Palabra, concretamente nuestra Iglesia de América Latina, en Bolivia y Santa Cruz con el tema de la Misión Permanente: llamados a ser misioneros todos, todos los bautizados llamados a ser discípulos y misioneros, en este contexto actual, en un momento muy difícil de la historia de la humanidad".
El Obispo advirtió a los catequista que el deseo de "desterrar a Dios", hace que éste sea "un momento difícil en todo sentido: En sentido cultural, social, político, religioso, estamos llamados a seguir proclamando al Señor, pero sí, confiados en esta palabra de Jesús y seguros de que en virtud de su palabra la pesca será abundante también".