ROMA,
En una reunión sostenida tras la audiencia general de este miércoles en el Vaticano, el Obispo de Anse-a-Veau y Director de Caritas Haití, Mons. Pierre-André Dumas, explicó que pese a la tragedia que ha golpeado a este país se puede apreciar una intensa esperanza entre las personas pues, tras haberlo perdido todo, están mirando lo esencial, lo trascendente.
También aprovechó la ocasión para pedir aún más ayuda de la comunidad internacional ante la emergencia y para la ardua tarea de reconstrucción.
En un emotivo encuentro en el que el Prelado mezcló sus palabras con lágrimas, Mons. Dumas señaló que "el pilar sobre el que se debe reconstruir Haití es la dignidad de la personas que debe prevalecer sobre cualquier otro interés o ganancia de parte. Tenemos ahora la oportunidad de poner nuevamente en pie nuestro país con un rostro distintos, con criterios de justicia, gratuidad y solidaridad".
Tras agradecerle al Santo Padre por su "inmediato apoyo de oración y caridad", el Prelado, que también ha perdido a una sobrina de dos años y otros familiares, dijo que "todas nuestras familias han sido golpeadas. Con conmoción estoy constatando que pese a la tragedia, en Haití se está viviendo la esperanza de que el mañana puede ser mejor que el pasado. Hay también un reavivamiento en la vida espiritual. Haber perdido todo nos está llevando a lo esencial y, así, a la dimensión trascendente. La Iglesia seguirá haciendo lo posible para y con el pueblo que está viviendo una experiencia de unidad en el dolor".
"Nos preguntamos cuál será el futuro de Haití. Una pregunta que nos angustia mientras de la emergencia se está pasando a la reconstrucción. Las urgencias están ahora en encontrar casas y alimento para tantos que no tienen nada. Pero ya es momento de proyectar una reconstrucción justa, al menos hasta que los reflectores sigan sobre nosotros. Es decir, cuando las ayudas internacionales disminuyan, inevitablemente, y reconstruir será más difícil".
"Por eso –continuó el Prelado– estamos buscando emparejamientos diocesanos. Pienso en las diócesis estadounidenses y alemanas que podrían ayudarnos a reconstruir las iglesias enviándonos pronto equipos de arquitectos".