VATICANO,
Al recibir esta mañana a los prelados auditores, oficiales y colaboradores del Tribunal de la Rota Romana, con motivo de la inauguración del año judiciario, el Papa Benedicto XVI pidió que en los casos de nulidad matrimonial no se separe la justicia de la caridad.
En su discurso en la Sala Clementina del Palacio Apostólico Vaticano, el Santo Padre destacó que "es necesario tomar acto de la difusa y radicada tendencia, aunque no siempre manifestada, que lleva a contraponer la justicia a la caridad, como si una excluyera la otra".
"En esta línea, algunos creen que la caridad pastoral puede justificar cualquier paso para la declaración de nulidad del vínculo matrimonial. La misma verdad tiende a verse con un enfoque instrumental que la adaptaría de vez en vez a las diversas exigencias que se presentan".
Seguidamente Benedicto XVI resaltó que "vuestro ministerio es esencialmente obra de justicia, una virtud de la que es muy importante redescubrir el valor humano y cristiano, también dentro de la Iglesia. El Derecho Canónico debe siempre considerarse en su relación esencial con la justicia, con la conciencia de que en la Iglesia la actividad jurídica tiene como fin la salvación de las almas".
"En esta perspectiva hay que tener presente, cualquiera que sea la situación, que el proceso y la sentencia están ligados de forma fundamental a la justicia y se ponen a su servicio", señaló el Papa e indicó que "además de esta dimensión ‘objetiva’ de la justicia hay otra que atañe a los ‘agentes del derecho’, es decir, a los que la hacen posible" y que "deben caracterizarse por un elevado ejercicio de las virtudes humanas y cristianas, en especial, la prudencia y la justicia, pero también la fortaleza".
Esta última "es tanto más relevante cuando la injusticia se presenta como el camino más fácil de seguir, en cuanto implica condescendencia con los deseos y expectativas de las partes o con los condicionamientos del ambiente social".