LIMA,
Con la participación del Presidente de la Conferencia Episcopal Peruana (CEP), Mons. Miguel Cabrejos, y el Presidente de la Comisión Episcopal de Familia de la CEP, Mons. José Antonio Eguren Anselmi, se inauguró anoche el 2do Congreso Internacional de Familia en el que se resaltó que en la institución familiar se "fragua el futuro de la humanidad", recordando las palabras de Juan Pablo II.
El Presidente de la CEP señaló en su intervención ante cientos de asistentes en el auditorio del Colegio San Agustín que "la unión conyugal y el servicio a la vida son dos valores esenciales que proceden del matrimonio y la familia, cada uno implica al otro porque son dos caras de la misma realidad. No puede existir una verdadera comunión conyugal cerrada al don de la vida, ni puede existir separadamente del don conyugal recíproco".
Por ello, dijo, "la Iglesia ha enseñado siempre la verdad sobre el bien de la persona humana, y uno de estos bienes es el Matrimonio y la Familia. Si la Iglesia se interesa en el Matrimonio y la Familia, es porque se interesa en el hombre. El Matrimonio es una vocación hacia la santidad, porque no existen cristianos que no estén llamados a amar a Dios".
Tras advertir sobre las amenazas actuales que se ciernen contra la vida y la familia "en nombre de la libertad individual", el Prelado alertó que con esto unas minorías pretenden "no sólo la impunidad sino también una verdadera e impropia autorización por parte del Estado. La singular gravedad de este hecho resulta evidente si se considera que el carácter de delito que se atribuía antes a estos atentados, trata ahora de asumir la connotación de un derecho, pretendiendo un verdadero y propio reconocimiento legal y la consiguiente intervención de gratuita de las estructuras estatales".
Por ello, dijo, es necesario "hoy más que nunca, el testimonio público de todos los bautizados para reafirmar la dignidad y el valor único e insustituible de la familia fundada en el matrimonio de un hombre con una mujer, y abierto a la vida".
"Nuestros proyecto pastorales relacionados con la familia deben formar parte de este campo apostólico, amplio, complejo e importante. Por eso todos estamos llamados a promover con valentía la causa de la familia, considerándola como una institución decisiva para el bien común de los pueblos", enfatizó.