ROMA,
En su mensaje por el Día Mundial de la lucha contra el SIDA que se celebra hoy, los obispos del Simposio de las Conferencias Episcopales de África y Madagascar (SECAM), reiteraron, con el Papa Benedicto XVI, que esta enfermedad no se supera con la distribución de preservativos sino con una adecuada educación moral de la sexualidad humana, enfatizando la fidelidad conyugal.
En su mensaje, los prelados africanos señalan que "el SIDA no es un simple problema médico y las inversiones en fármacos no son suficientes. Con el Santo Padre, Papa Benedicto XVI, advertimos que el problema no puede ser superado resaltando exclusivamente o principalmente la distribución de profilácticos".
"Solo una estrategia basada en la educación a la responsabilidad individual –prosiguen– en el cuadro de una visión moral de la sexualidad humana, en particular mediante la fidelidad conyugal, puede tener un impacto real en la prevención de esta enfermedad".
En el texto, los obispos del SECAM explican además que "la Iglesia es la primera en la tarea de afrontar el VIH en África y en la asistencia de las personas seropositivas y enfermas de Sida".
El texto, dado a conocer por la agencia vaticana Fides y firmado por el Cardenal Polycarp Pengo, Presidente del SECAM y Arzobispo de Dar es Salaam (Tanzania) asegura que "constantemente presente entre los millones de africanos que han sido afectados por la pandemia, vemos cómo el SIDA continúa devastando nuestras poblaciones, a pesar de ya no ser un tema prioritario en la agenda de los gobiernos, de la sociedad civil y de las organizaciones internacionales".
Tras denunciar que "va disminuyendo la preocupación de los organismos oficiales sobre la pandemia", los prelados resaltan que "la asistencia es más que absolutamente necesaria. El virus VIH y el SIDA no han desaparecido. La idea de que los cuidados ya están disponibles para todos es una farsa. Solo un tercio de quienes necesitan los cuidados los pueden recibir y tras dos años del inicio del tratamiento, solo el 60 por cento de estas personas continúan a ser curadas. Por cada dos personas que reciben la terapia, otras cinco son infectadas".