KÖNIGSTEIN,
La asociación católica internacional Ayuda a la Iglesia Necesitada (AIN), pidió ayuda para los miles de refugiados angoleños que son expulsados de la República Democrática del Congo y la República del Congo, obligados a caminar cientos de kilómetros en duras condiciones y que ha provocado la ruptura de innumerables familias.
Según información recogida por AIN, en las últimas semanas han sido expulsados 40 mil angoleños, probablemente como represalia por la expulsión que Angola hizo hace dos años de inmigrantes ilegales que llegaban de los países congoleños.
Sin embargo, los colaboradores de la asociación presentes en la zona, indicaron que los gobiernos congoleños están expulsando a todos los angoleños, legales e ilegales. Relataron que la policía se presenta sin previo aviso y obliga a las personas a abandonar el país, sin importar su salud o situación legal y sin considerar que se está provocando la ruptura de miles de familias, incluso de los angoleños casados con congoleños. Denunciaron que hay casos de niños que han perdido a sus padres.
Ante esto, las diócesis angoleñas de Uíje y Mbanza Congo afrontan el desafío de asistir a los miles de refugiados hambrientos y gravemente enfermos. En Damba, cuatro Capuchinos y cuatro Hermanas de la Misericordia asisten a estas personas y se han establecido cinco campos de acogida.
Según Ulrich Kny, colaborador de AIN, "algunos refugiados deciden proseguir de inmediato el camino hacia otros poblados donde tienen familiares. Otros no saben adónde ir: sus pueblos quedaron totalmente destruidos durante la guerra civil y sus parientes huyeron. También los hay que no son acogidos por sus parientes y que –con un dolor aún acrecentado – regresan a alguno de los campos de acogida".
Por ello, las diócesis de Uíje y Mbanza Congo, junto a AIN, han dirigido un llamado a la comunidad internacional para socorrer a quienes sufren esta situación.