LIMA,
En la Misa de ordenación de siete sacerdotes y seis diáconos, el Arzobispo de Lima y Primado del Perú, Cardenal Juan Luis Cipriani, resaltó que "el sacerdocio es vital para el mundo actual" aunque el mundo se revele cuando "le anunciamos que hablamos en nombre de Cristo".
En la Eucaristía que presidió en la Catedral de Lima, el Purpurado explicó que los tiempos actuales son de especial lucha para los sacerdotes y que "la presencia del sacerdote hoy es signo de contradicción, asusta al mundo. Ese mundo se revela cuando le anunciamos que hablamos en nombre de Cristo".
Seguidamente resaltó que "el sacerdocio es vital para el mundo actual, pero no seamos mundanos: cuiden esa vida espiritual, esas medidas de prudencia que constantemente reciben en sus horarios, hábitos de conducta, modo de vivir y amistades. Vivan esa austeridad".
"Levantemos la mirada para saber iluminar con nuestro ejemplo. Aspiremos a esa vida sobrenatural encarnada en las tareas ordinarias. El día en que el mundo vuelva a reconocer que amor y dolor son la misma expresión de la verdad, ese día podremos decir se inicia la revolución de Dios en el mundo contemporáneo".
El Arzobispo de Lima también pidió a los nuevos sacerdotes y diáconos "un amor fiel y cuidadoso en los detalles de la Liturgia, la vestimenta, la celebración Eucarística, cuiden el cuerpo de Cristo. El cuerpo de Cristo se recibe de modo ordinario de rodillas y en la boca, por amor y respeto".
Al hablar luego de las características del sacerdocio, el Cardenal Cipriani subrayó la humildad que dijo es "la base de toda misión del sacerdote. Y esa humildad tiene caminos concretos, se manifiesta en la búsqueda de Dios en la oración; la dirección espiritual; en la piedad y ternura con la que celebran la Santa Misa, rezan el oficio divino y atienden a las almas. El sacerdote es para los fieles, no es para sí mismo. Por eso, estar en segundo plano, dejemos que Cristo sea quien se luzca".