ASUNCIÓN,
En una exhortación al finalizar su Asamblea Plenaria, la Conferencia Episcopal de Paraguay (CEP) alentó, de manera especial a las autoridades, a trabajar por la paz y el fin de la violencia, así como por el bien común.
Ante los desafíos actuales en este país sudamericano, los Obispos señalan que “un clamor del pueblo se dirige hacia la dirigencia política que sus mandatarios trabajen por el bien común de la sociedad, con responsabilidad, sabiduría y prudencia”.
Luego de resaltar la necesidad de trabajar para vencer la pobreza, los prelados recuerdan que la Doctrina Social de la Iglesia establece que “nada justifica cualquier tipo de violencia”.
Seguidamente precisan que “la vida y la libertad de las personas son valores innegociables y están por encima de cualquier otra consideración de índole ideológica, política o económica. El secuestro de personas no se puede admitir por ninguna razón. No se puede vivir en un permanente estado de zozobra, incertidumbre e inseguridad. Todo secuestro es abominable a los ojos de Dios y de los hombres”.
Refiriéndose luego a la “situación de continuos desalojos de campesinos e indígenas y las invasiones de propiedades confiablemente documentadas, la violación de los derechos humanos especialmente de los más vulnerables”, los prelados paraguayos reclaman “una atención permanente y justa para solucionarlos y poner en vigencia el Bien Común”.
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