SEVILLA,
El nuevo Arzobispo de Sevilla, Mons. Juan José Asenjo, tomó hoy el relevo del Cardenal Carlos Amigo Vallejo al frente de la Arquidiócesis como un "preciado tesoro" que espera "acrecentar", según afirmó en una comparecencia conjunta en la que hicieron público el inicio de su gobierno pastoral.
En primer lugar intervino el Cardenal Amigo Vallejo, quien dio lectura a la carta con fecha 26 de octubre en la que el Nuncio Apostólico en España le comunicó la decisión del Papa Benedicto XVI de aceptar su renuncia y designar a Mons. Asenjo, aunque aclaró que esta decisión ya le fue comunicada extraoficialmente el pasado mes de septiembre, cuando se le dio libertad para decidir la fecha en la que se produciría el relevo.
Por tanto, felicitó a su sucesor en el cargo, por cuya elección manifestó su "enorme satisfacción", y transmitió su gratitud "a los Papas y a toda la Arquidiócesis, sacerdotes, diáconos, congregaciones, órdenes, fieles, autoridades y medios de comunicación", los cuales aseguró que siempre le han tratado "con enorme comprensión".
Por su parte, Mons. Asenjo agradeció a Benedicto XVI "la benevolencia que demuestra con este encargo", al que confió "corresponder siempre, en comunión con él y con el Colegio de Obispos", y al Cardenal "la acogida cordial y fraterna que desde el primer día me ha dispensado, el testimonio de su entrega incansable al servicio de la Archidiócesis y sus consejos, que tanto me van a servir en el ministerio que hoy inicio en el nombre del Señor y con los que espero seguir contando en el futuro".
"Doy gracias a Dios por los meses en que he colaborado con él en el trabajo pastoral y el gobierno de esta Iglesia particular, en los que he ido conociendo gradualmente la historia venerable de la Archidiócesis", agregó el nuevo Arzobispo, quien definió la de Sevilla como "una Iglesia viva y dinámica, que a pesar de las duras condiciones que nos impone la secularización, está empeñada con entusiasmo en el anuncio de Jesucristo a nuestro mundo y en la revitalización de la parroquia, casa de la comunidad cristiana, objetivo último del Plan Diocesano de Pastoral".
Asimismo, señaló como "propósito prioritario" de su ministerio "estar cerca" de "los preferidos del Señor", tales como "pobres, enfermos, ancianos que viven solos, presos, parados, inmigrantes, los que han perdido toda esperanza y cuantos sufren como consecuencia de la crisis económica".