MADRID,
Una religiosa de 43 años, convertida en una de las prioras más jóvenes de su orden religiosa, ha revolucionado un antiguo convento de contemplativas Clarisas en España, convirtiéndolo en un imán para decenas de jóvenes mujeres profesionales.
Sor Verónica ingresó al convento de monjas Clarisas de clausura de la Ascensión fundado en Lerma (España) en 1604, cuando éste se encontraba en una crisis vocacional.
Era el 22 de enero de 1984 y Marijose Berzosa –el nombre de Sor Verónica en el mundo- decidió, a los 18 años, dejar atrás la carrera de medicina, los amigos, las discotecas de los 80 y el baloncesto.
"Nadie me entendió. Hubo apuestas de que no iba a durar nada. Pero ellos no sentían la fuerza del huracán que me arrastraba", cuenta Sor Verónica. "Era la clásica adolescente en busca de una salida... y tomé la decisión en apenas quince días".
Sor Verónica ingresó así a un convento donde hacía 23 años no entraba una novicia.
Sor Pureza de María Lubián, de 70 años, hoy abadesa del convento en Burgos, fue su formadora, y la recuerda como "una chiquilla encantadora. Muy noble y muy buena. Tenía 18 años y un porvenir. Todo lo abandonó. Siguió la llamada de Dios. Tenía una personalidad muy rica. Siempre fue líder. Y, espiritualmente, con una gran vocación. Tuvo luchas y dificultades. Hizo un gran esfuerzo. Pero actuó la gracia del Espíritu. Y ella se dejó hacer".