En respuesta al amplio debate legislativo sobre el presupuesto y la carga fiscal en México para el próximo año, los obispos del país han hecho un llamado a favor de un sistema fiscal justo, riguroso y honesto.
“Nuestro deseo es que en este ejercicio de diálogo y búsqueda del mejor camino para el bien de nuestro país se alcance la adecuada solución”, señala un mensaje de la Conferencia Episcopal Mexicana (CEM) en referencia al encendido debate legislativo en torno al posible incremento del pago de impuestos.
“La carga de impuestos debe respetar los principios de solidaridad, racionalidad y equidad”, señaló el Arzobispo de Tuxtla Gutiérrez, Mons. Rogelio Cabrera López, a nombre de la CEM.
El Prelado explicó al respecto que “tres calificativos deben acompañar a la reforma fiscal: justa, eficiente y eficaz, y deberá tener en cuenta la protección de los más pobres y atender el sostenimiento de las familias para que todos llevemos una vida digna”.
El Prelado recordó que es deber de todo cristiano cumplir con su deber como contribuyente fiscal, ya que “los ingresos fiscales y el gasto público asumen una importancia económica crucial para la comunidad civil y política, y el objetivo debe tender a lograr una finanza pública capaz de ser instrumento de desarrollo y de solidaridad”.
“Una hacienda pública justa, eficiente y eficaz produce efectos virtuosos en la economía, porque logra favorecer el crecimiento de la ocupación, sostener las actividades empresariales y las iniciativas sin fines de lucro, y contribuye a acrecentar la credibilidad del Estado como garante de los sistemas de previsión y de protección social, destinados en modo particular a proteger a los más débiles”, explicó Mons. Cabrera.